Radio Mitre

Estimados Diputados y Senadores, Como bien reza en el Art. 23 de nuestra Constitución, el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes. Por esa causa es que me dirijo a Uds., quienes tienen la OBLIGACION de defender mis derechos. Creyendo plenamente en quienes participaban en esas inmensas listas sábanas, opté por tenerles confianza a aquéllos que acompañaron las listas encabezadas con los líderes políticos que sentí que mejor reflejaban mis ideas, o a veces también por aquéllas listas que pudieran tener la oportunidad de imponerse a proyectos políticos que a mi entender empujaban a mi querido país a crisis tal vez irrecuperables. Me afilié al radicalismo para empujar el triunfo de Raul Alfonsín en las internas radicales de 1983, y lógicamente lo apoyé con mi voto. Continué apoyando a los candidatos de mi partido en las elecciones subsiguientes, y finalicé colocando mis esperanzas en las manos de Cambiemos. Mientras tanto y como es lógico, continué trabajando Y APORTANDO desde el año 1973 (28/3 para ser exacto), hasta mi jubilación producida POR INSTANCIA DE MI EMPLEADOR, en Octubre de 2016. He tenido la inmensa suerte de trabajar por más de 40 años en empresas que me pagaron en blanco, y efectué mis aportes aún hasta por los premios por productividad que en varias oportunidades me pagaron. También efectué mis contribuciones ante los vaivenes que sufrió nuestra economía durante mi período laboral. Pasé por la hiperinflación, el corralito. Compré y pagué mi vivienda sufriendo los desmanes de la famosa Circular 1050. Pasé del sistema de reparto a las AFJP y volví al sistema de reparto, siempre representado por aquéllos en quienes había confiado y apoyado con mi voto. He llegado a perder el valor de mis ahorros de un día para otro después de unos de esos tan temidos feriados cambiarios y bancarios que como por arte de gracia aparecían. Debí, como muchos argentinos, replantear el cumpleaños de quince de mi hija cuando ya meses antes tenía los ahorros para festejarlo y se evaporaron en una movida de la economía. Corrí tratando de salvar mis pocos ahorros en dólares cuando cada vez se restringía más la cantidad diaria autorizada para el retiro de lo que era MI DINERO. Allí estuvieron mis contribuciones con los errores y aciertos económicos de cada gobierno que la mayoría popular se dignó elegir. Finalmente, en Octubre de 2016 llegó mi jubilación. Lamentablemente mis últimos años de aportes no fueron los mismos que los anteriores, ya que el fin de mi vida laboral no fue tan afortunado como el inicio. Me tocó trabajar (por estricta necesidad) en una de esas empresas que confunden los colores negro y blanco al momento de pagar. Igualmente el empuje de los primeros años de aportes me favoreció en el importe final, y si bien está lejos de ser el 82% de mis mejores años de actividad (por los que aporté la mayor cantidad de años), la misma me permite sobrevivir. Capítulo aparte es la Obra Social, por lo que no me explayaré demasiado en ello. Sólo hago hincapié en que poseo una delicada enfermedad de base, por lo que debo seguir (junto con mi esposa) abonando una prepaga, regalando mi aporte mensual a una Obra Social como PAMI, totalmente devastada pero que no me permite derivar el aporte. Si bien he sido totalmente crítico del gobierno anterior y cifré mis esperanzas en éste promocionado CAMBIO, reconozco que el ajuste de la movilidad jubilatoria fue uno de los aciertos para que quienes ya no tenemos representatividad gremial o fuerza alguna para luchar por un cambio en las decisiones (no creo que un paro general de jubilados le mueva un pelo al Presidente) debamos agachar la cabeza y aceptar lo que nos toque. Es por esta causa que recurro a quienes tienen el deber de representarme. No soy un experto en economía, pero sí me informo constantemente. Ningún comentario de los escuchados respecto a la reforma previsional apunta a una mejora en la recuperación (o al menos el mantenimiento) del poder de compra de nuestro salario real si la misma se aprueba. Por favor no nos soliciten colaboración en los ajustes a los pasivos, ya que colaboramos durante todo el período de nuestros años activos. El ajuste por inflación más el insignificante porcentaje relativo al PBI efectuarán compensaciones que distarán mucho de la realidad anunciada por el propio gobierno. El mismo Presidente nos dice que la energía eléctrica, el gas y los impuestos deberán incrementarse. Cada uno de esos incrementos superan ampliamente los ajustes que trimestralmente se nos efectuarán. ¿Cómo compensaremos un ajuste del 10% en el gas con un incremento de 5 puntos porcentuales en nuestro haber jubilatorio?. ¿Porqué en lugar de apretarnos el cinturón a quienes ya no tenemos más oportunidades que ?tomar lo que nos den?, no fiscalizan y emplazan a regularizar los aportes a aquéllas empresas que no diferencian el negro y el blanco a la hora de abonar los salarios?. ¿Porqué no buscan las empresas que utilizan los estímulos a las exportaciones (caso del Régimen de Temporales) para su propio beneficio, vendiendo en mercado local lo importado temporalmente y reexportando desperdicio para compensar los saldos en Aduana?.¿Porqué no analizan concienzudamente la cantidad de empleados públicos, especialmente los incorporados durante los últimos años con suculentos sueldos?. Esa es también una manera de compensar el déficit fiscal. Les ruego que por favor nos defiendan. No tenemos nadie más que aquéllos en quienes depositamos nuestra confianza. Al menos garantícennos que se aplicarán ambas fórmulas y se nos ajustará por la que más nos beneficie. Ya colaboramos lo suficiente en nuestro período laboral. Respétennos ahora. No permitan que continúen utilizándonos. Sabemos que en el caudal de votos somos ?material descartable? ya que o por la edad o muchas veces por la condición de salud, muchos jubilados no se acercan a votar. Tengan en cuenta que continuamos habitando suelo argentino y hemos acompañado con nuestro esfuerzo los vaivenes de nuestra castigada economía para mantener nuestro país en la línea de flotación. Atentamente Jorge Arévalo