La Anita
A metros del Tren de La Costa, se encuentra este agradable lugar para comer. No hace mucho que se mudaron para agrandar la casa. Antes, eran un pequeño lugarcito con un mostrador y 5 mesas en el patio. Ahora, con más de 30 mesas conservan el espíritu de almacén, pero ¡con más lugar!
“La Anita” se llama igual que un viejo bar de Ibiza que a Jimena, su dueña, le gustaba mucho. Por eso cuando abrió el propio, no dudó en copiarles el nombre.
La comida es riquísima y los precios súper accesibles, el espacio es cómodo y descontracturado.
Tarta mediterránea: viene con tomates cherry, queso, corazones de alcauciles y rúcula ($13).
Ensalada Anita: con rúcula, champis, tomates secos y parmesano ($18).
Ensalada Kenta: tiene espinaca, brie, alcaucil, tomate y vinagreta de maracuyá ($22).
También se pueden comprar comidas hechas y panes integrales. El lugar tiene el mobiliario original, de más de cien años, y sumó un patio, ahora tienen uno adelante y otro al fondo.
Para los que buscan algo informal con la calidez de barrio, este rico lugarcito es ideal.
Como en pocos lugares, las bebidas se sirven de a litro y el agua con gas, en sifones. Y todo lo preparan en el momento, por eso, pueden llegar a demorarse un poco más de lo habitual.
Hay carta de vinos, pero son tan amables que también podés llevar el tuyo (se cobra el descorche).
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